Dr. Sergio Hernández Da Mota, Dra. Thamar Gómez Villegas
La retina es la capa más profunda en el globo ocular; se trata de una membrana sensible a la luz, encargada de captar las imágenes que pasan a través de la pupila y de los medios transparentes del ojo. El desprendimiento de retina es una enfermedad grave, en donde esta membrana se separa de la pared del globo ocular (ver figura 1). Una causa común de desprendimiento de retina es la formación de desgarros en ella; estos se ocasionan, comúnmente, por la tracción del gel interno del ojo, llamado humor vítreo. De no tratarse, puede causar pérdida visual total y permanente.
Algunos de los síntomas principales del desprendimiento de retina son:
- Percibir destellos o flashes luminosos en la visión.
- Percepción visual repentina de puntos negros, llamados “moscas volantes”.
- Aparición súbita o gradual de una sombra, a manera de una cortina, que progresivamente “tapa” el campo de visión.
Solo un médico oftalmólogo puede detectar desprendimiento de retina. Para ello se requiere explorar la parte más interna y posterior del ojo, lo cual se realiza mediante un examen de fondo.
¿Qué tratamientos existen para el desprendimiento de retina?
La gran mayoría de las personas con desprendimiento de retina necesita cirugía. Entre ellas, las más comunes son:
- Retinopexia neumática: el médico inyecta una burbuja de un gas especial en el interior del ojo. La burbuja desplaza a la retina desprendida para pegarla de nuevo en su lugar.
- Indentación escleral: se coloca una banda de plástico alrededor del ojo para presionar la pared ocular y disminuir la tracción que ejerce el humor vítreo sobre la retina.
- Vitrectomía: se extrae el gel o humor vítreo que jaló y rompió la retina. El desgarro o desgarros de la retina son tratados con rayo láser o congelación (también llamada crioterapia) para sellarlos.
Qué esperar tras la cirugía
En la mayoría de las cirugías se consigue pegar la retina, conservar su forma y la función visual en grados variables del ojo. El grado de recuperación de la visión dependerá, entre otros factores, del tiempo de evolución del desprendimiento y la parte de la retina desprendida. Cuando el desprendimiento no afectó a la porción más central de la retina y la cirugía se realiza lo más pronto posible, la recuperación visual tiende a ser más favorable.
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¿Qué es la oximetazolina y para qué sirve?
La oximetazolina es un fármaco que fue desarrollado por los laboratorios Merck, la compañía farmacéutica más antigua del mundo, en Alemania, en la década de 1960. Desde su descubrimiento, ha sido principalmente utilizado en otorrinolaringología, en forma de spray para tratar la congestión y sangrados a nivel nasal; en dermatología, para tratar la rosácea en forma tópica; y, finalmente, en oftalmología, en el tratamiento de enfermedades como el ojo rojo y la ptosis palpebral, es decir, en la caída del párpado.
Este medicamento estimula unos receptores conocidos como alfa-adrenérgicos, que producen un estrechamiento de los vasos sanguíneos. Al estrecharlos, se disminuye el flujo sanguíneo y se alivia temporalmente el ojo rojo; sin embargo, no es un tratamiento definitivo sino más bien sintomático, ya que el efecto dura solo unas horas. Es importante mencionar que se ha asociado a múltiples efectos adversos como sensación de sequedad, visión borrosa y dependencia para aliviar la irritación crónica.
No existen contraindicaciones absolutas para el uso de este medicamento, mas llama la atención la carencia de estudios que comprueben su seguridad en pacientes embarazadas y niños; por tanto, su uso en dichas circunstancias permanece en incertidumbre. En la actualidad sigue siendo un fármaco de uso controversial, ya que algunos oftalmólogos no lo recomiendan.
¿Cómo se quita una perrilla del ojo?
Un orzuelo, o coloquialmente conocido como “perrilla”, es el crecimiento doloroso de una glándula en el borde del párpado. Suele ser muy común, y al contrario de las creencias populares de su origen (que se relaciona a observar determinadas cosas), este es similar al del acné, ya que se produce cuando se obstruye el conducto de una glándula que drena en el borde del párpado. Al suceder esto, las bacterias proliferan y se produce la infección con todos los síntomas comúnmente conocidos.
Afortunadamente, los orzuelos suelen resolverse en un periodo de 1 a 2 semanas; no obstante, al ser incómodos y visualmente no estéticos, su tratamiento busca una rápida resolución. Entre las acciones que podemos realizar para acelerar su desaparición se incluyen: aplicar compresas tibias por periodos de 10-15 minutos, de 3 a 5 veces al día, y tener una adecuada higiene de párpados (se puede limpiar la zona con shampoo de bebé o toallitas para párpados).
Si estas acciones no son suficientes o los síntomas empeoran, se recomienda acudir con un oftalmólogo. También se suelen indicar tratamientos antibióticos con desinflamatorios en colirio o ungüento.
Más que quitarlas podemos prevenirlas, acostumbrándonos a lavar nuestras manos antes de tocar cara y ojos, haciendo una adecuada higiene de nuestros párpados y lavándonos el rostro antes de acostarnos (esto incluye retirar el maquillaje). Enfermedades como la blefaritis o rosácea pueden incrementar el riesgo de aparición, por lo que se recomienda no abandonar el tratamiento indicado.