Dra. Ammi Reyes, Dra. Thamar Gómez Villegas
La pupila es la abertura redonda que se observa al centro del iris (el tejido que le da color a nuestro ojo), cuyas funciones son controlar la cantidad de luz que ingresa al ojo y participar en el enfoque visual.
Es regulada por dos sistemas nerviosos que son contrarios entre sí: uno la dilata o agranda, y el otro la contrae o la reduce. Estas acciones responden a las condiciones ambientales de luz, al estado de ánimo del sujeto o al dolor que pueda llegar a sentir; de tal manera que se dilata en la oscuridad o si observamos algo placentero, y se contrae con la luz o cuando experimentamos dolor.

Si existe daño en alguno de estos sistemas, la respuesta en la pupila será contraria a lo habitual: por lo tanto, una lesión en el sistema que contrae nos dará una pupila dilatada, que provocará deslumbramiento y mal enfoque cercano; mientras que una lesión en el sistema que dilata, resultará en una pupila pequeña con dificultades para adaptarse a la oscuridad.
En algunas ocasiones, los pacientes son incapaces de notar estos cambios, por ello es importante examinar la forma, el tamaño y la respuesta al movimiento de las pupilas de ambos ojos en todo examen oftalmológico; sobre todo si el paciente se percata de que una es más grande que la otra. Esta diferencia de tamaño entre ambas pupilas se llama anisocoria.
Generalmente, el daño a estos sistemas no se presenta de manera aislada, si no que se acompaña de signos como desviacón ocular, caida del párpado, mala visión, entre otros. Puede formar parte de enfermedades como: síndrome de Horner, parálisis del tercer par craneal y pupila de Adie. Estas alteraciones necesitan un estudio tanto oftalmológico como neurooftalmológico, debido a que pueden ser ocasionadas por factores alarmantes para la vida del paciente.
Otro hecho importante a valorar en la pupila, es su respuesta a la luz. Los reflejos pupilares pueden ayudarnos a localizar daños en el nervio óptico o en otras estructuras cerebrales, tanto en pacientes concientes como en pacientes en estado grave o estado de coma. Una respuesta lenta puede significar agravamiento de los pacientes hospitalizados.
Si notas alteraciones en tus pupilas, ya sea una más grande que la otra, o que no modifican correctamente su tamaño con los cambios de luz, agenda una cita con tu oftalmólogo.