11. Actualidades en temas clave de oftalmopediatría
11.1 Tratamiento de glaucoma congénito
El abordaje actual del glaucoma congénito destaca por la necesidad de individualizar cada caso según la alteración genética y anatómica presente. La amplia variabilidad fenotípica, relacionada con mutaciones en genes clave como CYP1B, hace imprescindible involucrar al genetista en la evaluación interdisciplinaria del paciente. El protocolo de diagnóstico integra estudios de imagen de segmento anterior y posterior (ecografía modo B, UBM), examen bajo anestesia para toma de presión intraocular y gonioscopia para caracterizar la anomalía angular. El tratamiento sigue un algoritmo terapéutico, iniciando con procedimientos menos invasivos como las cirugías angulares, o más invasivos como procedimientos filtrantes con dispositivos de drenaje y procedimientos ablativos del cuerpo ciliar. El éxito terapéutico no termina en la estabilización de la presión intraocular, sino que requiere garantizar la rehabilitación visual, ya que son niños a quienes les queda toda una vida por delante.
11.2 Tratamiento de retinoblastoma
El retinoblastoma es el séptimo cáncer infantil más común en México, con una sobrevida alrededor del 80 %, por debajo del estándar global del 98-99 %. El éxito en su abordaje depende de la detección temprana, derivación oportuna a centros de referencia y colaboración interdisciplinaria para garantizar diagnóstico molecular, terapia eficaz y seguimiento riguroso. El reto actual radica en seleccionar la estrategia terapéutica ideal para cada paciente, considerando la clasificación internacional intraocular (A–E) y la necesidad de priorizar la vida, conservar el globo ocular y preservar la visión. Por lo anterior, el doctor David Ancona en colaboración con la doctora Carol Shields del Wills Eye Hospital y la doctora Lauren Dalvin, en la clínica Mayo, diseñaron un algoritmo de tratamiento que es usado ampliamente a nivel mundial. Este integra quimioterapia intraarterial (IAC), quimioterapia intravítrea como terapia complementaria para siembras recalcitrantes y, para casos bilaterales o germinales, quimioterapia intravenosa como estrategia de prevención de segundos tumores primarios. Asimismo, la biopsia líquida del humor acuoso emerge como una prometedora herramienta de diagnóstico y pronóstico basada en biomarcadores. En conclusión, debemos realizar una sospecha oportuna de esta patología y referir al paciente lo antes posible (menos de 72 h) a centros especializados para garantizar un manejo exitoso.
11.3 Tratamiento de retinopatía del prematuro
La retinopatía del prematuro es un reto significativo en la oftalmología pediátrica. Su enfoque terapéutico actual está dirigido al control de factores pro angiogénicos, particularmente VEGF, con opciones intravítreas como Bevacizumab, Ranibizumab y Aflibercept, que han demostrado una alta efectividad para reducir la progresión de la neovascularización. Nuevos enfoques terapéuticos en investigación preclínica, incluyen moléculas que afectan vías menos exploradas, como los inhibidores de HIF (Roxadustat), antagonistas de Ang-2 (Farisimab), microRNAs (MIR-410) e incluso terapia génica basada en vectores de adenovirus. Al mismo tiempo, otras moléculas, como la eritropoyetina y el IGF-1, utilizadas en el abordaje de patologías propias del prematuro, deben considerarse cuidadosamente por su relación con el incremento en la incidencia de la ROP. El estándar de tratamiento sigue siendo la combinación de anti angiogénicos y fotocoagulación con láser indirecto, adaptada a la zona y estadio de la enfermedad, junto con un seguimiento prolongado para detectar reactivaciones tardías. El reto se basa en garantizar un acceso equitativo a estos tratamientos para todos los neonatos en riesgo.
11.4 Tratamiento de queratocono en pediatría
El queratocono en la población pediátrica representa una enfermedad de origen multifactorial en la que confluyen factores genéticos, inmunológicos y ambientales, con especial relevancia de la conjuntivitis alérgica y el microtraumatismo ocular por fricción. El diagnóstico temprano mediante topografía corneal y paquimetría es esencial para evaluar la progresión, particularmente en adolescentes donde la evolución es más rápida por factores hormonales. El tratamiento inicial consiste en lograr controlar la alergia ocular para reducir la inflamación y así prevenir la progresión, junto con la corrección óptica personalizada mediante lentes de contacto rígidos, esclerales o lentes híbridos. El crosslinking corneal representa la piedra angular para detener la progresión de la enfermedad y prevenir necesidad de queratoplastia en el futuro; no obstante, no todos los casos requieren esta intervención, especialmente menores de cinco años. El seguimiento continuo y un abordaje personalizado a cada paciente es el pilar para garantizar el mejor pronóstico de los pacientes.
11.5 Tratamiento de miopía en pediatría
La miopía sigue alcanzando proporciones epidémicas en la población pediátrica, con una proyección de que para 2050 la mitad de la población global presentará esta condición, y alrededor del 10 % desarrollará miopía elevada con riesgo de complicaciones que afectan la calidad de vida y la integridad ocular. El abordaje actual integra prevención, diagnóstico temprano y tratamiento activo para frenar la progresión. Se recomienda fomentar hábitos de vida saludable, limitando el tiempo en pantallas e incrementando actividades al aire libre y la utilización de la luz natural de forma priorizada. El control farmacológico con atropina en baja concentración (0,05 %) es la dosis más recomendable por su eficacia y menos efectos adversos; ofrece una alternativa eficaz para reducir el crecimiento axial, mientras que lentes con micas con tecnología avanzada (Stellest, MyoCare), son el método menos invasivo y más accesible para corregir la miopía. Otro recurso es la ortoqueratología, en la que se utilizan lentes de contacto blandas que generan remodelación corneal y frenan el alargamiento axial. El seguimiento mediante biometría ocular es clave para evaluar la efectividad de la estrategia implementada y adaptarla en cada paciente; no obstante, la educación al paciente y a los padres es clave para garantizar la adherencia y obtener un pronóstico favorable.





