El sol y nuestros ojos
La exposición solar puede causar graves daños en nuestros ojos, incluso de forma irreversible, a pesar de la protección que nos proporcionan parcialmente los párpados, las pestañas y las cejas. No solo la exposición directa nos causa daño ocular, también lo hace, por ejemplo, el reflejo del sol en el agua o sobre la arena.
Tomando esto en cuenta, las medidas de protección a los ojos deben iniciarse desde la infancia y perdurar toda la vida.