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Ejercicio y salud visual

Dr. Gian Franco Diez y Dra. Ingrid Pita Ortiz

La salud visual es un pilar fundamental para el bienestar físico y mental, y desempeña un papel clave en la calidad de vida. Las enfermedades oculares, al igual que otras patologías crónicas y degenerativas que generan discapacidad, son cada vez más prevalentes y representan una carga creciente para los sistemas de salud pública. 

 

En muchos casos, su aparición y progresión están estrechamente relacionados con el impacto del estilo de vida, las funciones biológicas y la capacidad del organismo para enfrentar el estrés oxidativo. Diversos estudios han demostrado una conexión entre el nivel de condición física general y la mortalidad. [1]

 

Existe amplia evidencia de los efectos benéficos de la actividad física para el manejo de condiciones como la diabetes, obesidad, cáncer, osteoporosis, depresión y ansiedad, por mencionar algunas. Sin embargo, se cuenta con poca evidencia de los efectos de un estilo de vida saludable en las condiciones oculares. 

 

El ejercicio es uno de los principales factores de riesgo modificables, y aún así se estima que solo el 26 % de los hombres y 19 % de las mujeres alcanzan las recomendaciones diarias de actividad física. [2]

Como parte de los esfuerzos para estudiar el efecto de la actividad física en la salud visual y general; se ha estandarizado lo que define al ejercicio y la actividad física: se considera ejercicio a la actividad física organizada y planificada que puede ser aeróbica (correr, ciclismo, natación y caminata), de resistencia (diseñados para aumentar masa muscular) y flexibilidad (pilates, yoga y gimnasia); mientras que la actividad física, en general, corresponde al movimiento musculoesquelético que provoca gasto de energía e incluye las actividades cotidianas como subir escaleras, levantarse y caminar.

 

La actividad física se clasifica, según su intensidad, mediante el equivalente metabólico de tarea (MET- metabolic equivalent task); siendo 1 la actividad metabólica de una persona en reposo es aproximadamente 3.5mcal/Kg/min. Las actividades que se consideran de baja intensidad provocan un gasto energético equivalente a 1-3 METs, las moderadas 3 a 6 y el ejercicio intenso más de 6. [3]

 

El ejercicio y la actividad física tienen efectos biológicos que benefician la salud ocular al mantener los mecanismos fisiológicos normales y proteger contra el desarrollo y progresión de algunas enfermedades.

Hombre joven sosteniendo sus lentes ópticos hacia el frente, con desenfoque en el fondo de la imagen, relacionado a los beneficios del ejercicio en la salud visual
hombre aplicando medicina con gotero en el ojo, salud visual

Impacto del ejercicio en enfermedades oculares

1. Enfermedad de superficie ocular (ESO)

Es una patología crónica caracterizada por disfunción de la glándula lagrimal y una película lagrimal inestable, que afecta hasta el 75 % de los adultos mayores de 40 años. Estudios transversales han encontrado que las personas con menor actividad física presentan mayor riesgo de ESO. Mientras que, de acuerdo con  ensayos clínicos, el ejercicio aeróbico, al menos tres veces por semana, mejora la estabilidad lagrimal y alivia síntomas como irritación y fatiga ocular.

 

Mecanismos potenciales

El estrés oxidativo y la inflamación son factores clave en la ESO. La hiperosmolaridad lagrimal genera daño celular y perpetúa la inflamación. El ejercicio aeróbico ha demostrado reducir citocinas inflamatorias en lágrimas y disminuir marcadores de estrés oxidativo, lo que sugiere un papel protector sobre la homeostasis de la película lagrimal. [4,5]

 

2. Miopía

La miopía, caracterizada por un alargamiento excesivo del eje ocular, ha alcanzado una prevalencia alarmante en regiones de Asia Oriental y el Sudeste Asiático, afectando hasta el 80-90 % de los jóvenes. Estudios longitudinales indican que los estudiantes miopes practican menos ejercicio que aquellos sin miopía, y que el tiempo al aire libre es un factor protector clave. [6] La actividad física regular reduce hasta en un 40 % el riesgo de desarrollar miopía. 

 

Mecanismos potenciales

La actividad física mejora la circulación coroidea, lo que podría frenar el crecimiento ocular. Además, la luz natural estimula la producción de dopamina, inhibiendo el alargamiento axial. [7]

3. Cataratas

El ejercicio regular se ha asociado con un menor riesgo de cataratas. Estudios prospectivos indican que tanto el ejercicio moderado (caminar) como el de alta intensidad (correr) reducen significativamente la prevalencia de la enfermedad. Sin embargo, actividades de baja intensidad, como tareas domésticas, no han mostrado beneficio. [8]

 

Mecanismos potenciales

A medida que envejecemos, la reducción de antioxidantes como el glutatión y la superóxido dismutasa favorece el daño oxidativo. El ejercicio moderado e intenso aumenta la actividad de las enzimas antioxidantes endógenas, protegiendo al cristalino del envejecimiento prematuro. No obstante, sesiones de ejercicio aeróbico intenso pueden generar estrés oxidativo excesivo.

 

4. Glaucoma

Se ha encontrado que la actividad física regular reduce la incidencia y progresión del glaucoma . [9] El glaucoma se caracteriza por la degeneración progresiva de las células ganglionares de la retina (CGR) y sus axones. La reducción de la presión intraocular (PIO) es el pilar de su tratamiento; sin embargo, la progresión del glaucoma puede continuar a pesar de un control adecuado de la PIO. 

 

Mecanismos potenciales

El ejercicio mejora la función del trabéculo, facilitando el drenaje del humor acuoso y reduciendo la PIO. También promueve la neuroprotección al estimular la liberación de factores como el BDNF y la dopamina, que protegen las CGR y mejoran la función mitocondrial. [10,11] Empero, ciertos ejercicios, como entrenamientos isométricos intensos y posturas invertidas, pueden aumentar la PIO. [12]

hombre mayor haciendo ejercicio para su salud visual, corriendo, usando ropa deportiva y con auriculares

5. Retinopatía diabética (RD)

El ejercicio y una alimentación saludable han demostrado reducir significativamente el riesgo de retinopatía diabética. Un estudio retrospectivo con más de 3,000 adultos mostró que quienes mantenían niveles altos de actividad física presentaban menor incidencia de la enfermedad. [13]

 

Mecanismos potenciales

La hiperglucemia genera estrés oxidativo, inflamación y disfunción microvascular, promoviendo la neovascularización patológica.

 

El ejercicio aeróbico regula la glucosa, mejora la función mitocondrial y reduce la inflamación en los vasos retinianos. También aumenta la expresión del BDNF, favoreciendo la neuroprotección retinal y la reparación neuronal.

 

Además, mejora la perfusión coroidea y puede regular niveles de vitamina D, que se ha asociado con una mejor función microvascular.

6. Degeneración macular relacionada con la edad (AMD)

Un estudio de 15 años con 3,874 adultos encontró que quienes realizaban ejercicio tres veces por semana tenían menor riesgo de AMD neovascular. [14] Además, un metaanálisis confirmó que la actividad física reduce la incidencia de AMD en sus etapas tempranas y avanzadas. [15]

 

Mecanismos potenciales

Se ha demostrado que el ejercicio regular mejora la actividad antioxidante y la resistencia al estrés oxidativo en la retina. En la AMD neovascular, el ejercicio puede inhibir la neovascularización anómala al reducir la expresión del VEGF y modular vías como NF-κB, MAPK y PI3K/Akt. Además, la actividad física reduce citoquinas proinflamatorias y regula la activación de macrófagos y microglía.

 

Estos hallazgos sugieren que el ejercicio no solo minimiza factores de riesgo de la AMD, sino que también actúa a nivel celular y molecular para ralentizar su progresión.

Conclusiones

Según las recomendaciones globales y las directrices de salud de EE. UU., los adultos deben realizar al menos 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada o 75 minutos de ejercicio de alta intensidad por semana. Debe distribuirse en al menos dos días de la semana, y se recomienda complementarlo con 2 días de entrenamiento de resistencia.

 

Con respecto a la salud ocular, la evidencia epidemiológica destaca los beneficios del ejercicio de moderada a alta intensidad para ralentizar la progresión de enfermedades o aliviar sus síntomas. No es un tratamiento directo, debe considerarse una estrategia complementaria a los tratamientos médicos.

  1. Blair SN, Kohl HW, 3rd, Paffenbarger RS, Jr, Clark DG, Cooper KH, Gibbons LW. Physical fitness and all-cause mortality. A prospective study of healthy men and women. JAMA. (1989) 262:2395–401. doi: 10.1001/jama.262.17.2395
  2. Blair SN. Physical inactivity: the biggest public health problem of the 21st century. Br J Sports Med. (2009) 43:1–2. PMID:
  3. Haskell WL, Lee IM, Pate RR, Powell KE, Blair SN, Franklin BA, et al. Physical activity and public health: updated recommendation for adults from the American College of Sports Medicine and the American Heart Association. Med Sci Sports Exerc. (2007) 39:1423–34. doi: 10.1249/mss.0b013e3180616b27, 
  4. Li H, Li F, Zhou R, Gao K, Liang L, Zhang X. Aerobic exercise increases tear secretion and decreases inflammatory cytokines in healthy subjects. Asia Pac J Ophthalmol. (2020) 9:404–11. doi: 10.1097/apo.0000000000000281,
  5. Sun C, Chen X, Huang Y, Zou H, Fan W, Yang M, et al. Effects of aerobic exercise on tear secretion and tear film stability in dry eye patients. BMC Ophthalmol. (2022) 22:9. doi: 10.1186/s12886-021-02230-9,.
  6. He M, Xiang F, Zeng Y, Mai J, Chen Q, Zhang J, et al. Effect of time spent outdoors at school on the development of myopia among children in China: a randomized clinical trial. JAMA. (2015) 314:1142–8. doi: 10.1001/jama.2015.10803, PMID: [DOI] [PubMed] [Google Scholar]
  7. 43.French AN, Morgan IG, Mitchell P, Rose KA. Risk factors for incident myopia in Australian schoolchildren: the Sydney adolescent vascular and eye study. Ophthalmology. (2013) 120:2100–8. doi: 10.1016/j.ophtha.2013.02.035, 
  8. López-Sánchez GF, Pardhan S, Trott M, Sánchez-Castillo S, Jackson SE, Tully M, et al. The association between physical activity and cataracts among 17,777 people aged 15–69 years residing in Spain. Ophthalmic Epidemiol. (2020) 27:272–7. doi: 10.1080/09286586.2020.1730911
  9. Zhang Q, Jiang Y, Deng C, Wang J. Effects and potential mechanisms of exercise and physical activity on eye health and ocular diseases. Front Med (Lausanne). 2024 Mar 22;11:1353624. doi: 10.3389/fmed.2024.1353624. Erratum in: Front Med (Lausanne). 2024 May 16;11:1427623. doi: 10.3389/fmed.2024.1427623. PMID: 38585147; PMCID: PMC10995365
  10. Perez CI, Singh K, Lin S. Relationship of lifestyle, exercise, and nutrition with glaucoma. Curr Opin Ophthalmol. (2019) 30:82–8. doi: 10.1097/icu.0000000000000553., PMID: [DOI] [PubMed] [Google Scholar]
  11. 101.Yuan Y, Lin TPH, Gao K, Zhou R, Radke NV, Lam DSC, et al. Aerobic exercise reduces intraocular pressure and expands Schlemm’s canal dimensions in healthy and primary open-angle glaucoma eyes. Indian J Ophthalmol. (2021) 69:1127–34. doi: 10.4103/ijo.IJO_2858_20.
  12. Haynes WL, Johnson AT, Alward WL. Effects of jogging exercise on patients with the pigmentary dispersion syndrome and pigmentary glaucoma. Ophthalmology. (1992) 99:1096–103. doi: 10.1016/s0161-6420(92)31845-7.
  13. Soleimani A, Soltani P, Karimi H, Mirzaei M, Esfahanian F, Yavari M, et al. The effect of moderate-intensity aerobic exercise on non-proliferative diabetic retinopathy in type II diabetes mellitus patients: a clinical trial. Microvasc Res. (2023) 149:104556. doi: 10.1016/j.mvr.2023.104556
  14. Knudtson MD, Klein R, Klein BE. Physical activity and the 15-year cumulative incidence of age-related macular degeneration: the Beaver Dam Eye Study. Br J Ophthalmol. (2006) 90:1461–3. doi: 10.1136/bjo.2006.103796.
  15. Ulańczyk Z, Grabowicz A, Cecerska-Heryć E, Śleboda-Taront D, Krytkowska E, Mozolewska-Piotrowska K, et al. Dietary and lifestyle factors modulate the activity of the endogenous antioxidant system in patients with age-related macular degeneration: correlations with disease severity. Antioxidants. (2020) 9:954. doi: 10.3390/antiox9100954.

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