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Entrevista al Dr. Rafael Sánchez Fontán

Entrevista por Axel Orozco Hernández

Fotografía por Diana Belmont Mata

Para inaugurar esta sección, el comité editorial de Infoofta se dio a la tarea de concretar una reunión con el Dr. Rafael Sánchez Fontán, quien gracias a su dedicación es considerado uno de los mayores líderes en Latinoamérica en oftalmología, desde diferentes directrices.

 

Especialista en Glaucoma, el Dr. Sánchez Fontán es el actual presidente honorario del patronato de la Asociación para Evitar la Ceguera en México I.A.P. (APEC), institución a la que está adscrito desde 1970. En virtud de sus méritos y espíritu participativo, ha ejercido numerosos puestos directivos en asociaciones oftalmológicas, entre los que destacan: la Sociedad Mexicana de Oftalmología, el Consejo Mexicano de Oftalmología y Asociación Mexicana de Glaucoma (hoy Colegio Mexicano de Glaucoma).

 

Esta charla busca reconstruir la trayectoria profesional del doctor y brindar consejos útiles principalmente para todos los oftalmólogos y oftalmólogas que se encuentran en formación.

AOH: ¿Cuáles han sido los principales retos a lo largo de su trayectoria para posicionarse en el lugar en donde hoy está?

 

RSF: Desde que entré a la residencia en 1974, comprendí que el tiempo y el cerebro me serían insuficientes para captar todo lo que se necesita aprender. Aprender es un trabajo de toda la vida. Es importante estar actualizado en todas las áreas de la oftalmología y de la tecnología. Actualización médica continua es una de las visiones y misiones de la misma Asociación para Evitar la Ceguera.

 

AOH: Desde su perspectiva, ¿qué cambios ha presentado la oftalmología?

 

RSF: Los mayores avances son respecto a lo electrónico. Los equipos de diagnóstico y de tratamiento están en constante renovación. Aquellos médicos que no se mantienen actualizados, inevitablemente quedan rezagados. Para quien sí lo hace, todo lo demás va cayendo por sí solo. Una vez que creces, lo más importante es no ser pedante. Cuando te encuentras con un sabio, de esos que te ven como a un tonto, automáticamente pierde toda la influencia que podría tener sobre ti. Compartir lo que sabemos es una de las mejores cosas en la vida.

AOH: Totalmente de acuerdo. A veces nos queda un poco corto ese desarrollo humano que tanto se requiere en la especialidad y en la medicina misma. Lo que me lleva a la siguiente pregunta. ¿Qué pudo usted aprender de su padre, el doctor y maestro Luis Sánchez Bulnes? ¿La visión del maestro Sánchez Bulnes se mantiene vigente a través de la Asociación para Evitar la Ceguera?

 

RSF: En el Hospital de la Ceguera, mantenemos la misión de atender a personas de escasos recursos y brindarles un servicio de primera. La gente hace grandes esfuerzos por recibir un diagnóstico y comenzar un tratamiento. Entonces, el triunfo de un médico podrá ser observable solo en la medida en que brinde una verdadera atención. Esa es la mejor enseñanza que recibí y lo mejor que podemos inculcarle a cualquier médico.

 

AOH: En su amplia trayectoria académica, ha tenido la oportunidad de sostener numerosos cargos y direcciones de las principales asociaciones oftalmológicas. ¿Alguno de ellos ha sido especialmente significativo?

 

RSF: En mi trayectoria pasé de residente, adscrito, jefe de servicio, sub director, director, vocal del patronato y luego presidente del mismo. Una de las cosas que yo siempre mencioné es que durante muchos años tuve contacto directo con los pacientes y los médicos; platicaba mucho con las gentes y tengo la convicción de que la parte científica se puede adquirir en muchas instituciones, bibliotecas, etc.

 

Pero hay algo algo que no se adquiere más que con la buena voluntad de compartir y esa experiencia es la esencia de aprender y crecer y es lo más importante. Para mí esa sensación es lo más significativo.

 

AOH:  En su carrera, ¿qué hechos destacaría en términos de reconocimiento?

 

RSF: La medalla Grade de la Asociación Panamericana de Oftalmología y la medalla de Lico. Ambas están relacionadas con mi participación en la enseñanza. En realidad, en este hospital ya llevamos poco más de mil egresados y creo que gran parte de ellos salen muy bien preparados.

AOH: Con sus más de sesenta años inmerso en la especialidad de oftalmología, ¿cómo visualiza el futuro cercano y lejano de nuestra especialidad y del Hospital de la Ceguera?
 

RSF: Actualmente han aparecido tantos avances tecnológicos que no te da ni el tiempo ni el dinero para cubrirlos. Ya existen tratamientos de implante de las máculas y todas las cirugías de córnea han cambiado de manera impresionante. ¡Se tiene que perseguir paso a paso el desarrollo! Nosotros comenzamos en un consultorio chiquitito, pero hoy estamos en un hospital enorme que atiende a más de mil 300 personas al día. Somos un centro oftalmológico muy importante con 10 clínicas periféricas formadas para acercar la capacidad de consulta asistencial a la gente humilde. Entonces bajo esta idea, si tú me preguntas cómo veo el futuro del hospital, lo veo con la capacidad de cubrir todo requerimiento. Además, seguirá fomentando una excelente preparación de nuestros residentes.

 

AOH: Actualmente es muy común que por la carga de trabajo o por los perfiles que tenemos solo desarrollemos el área clínica y quirúrgica de la especialidad. ¿Nos podría compartir por qué es primordial que un oftalmólogo desarrolle y participe en actividades de enseñanza e investigación a la par de su trabajo en la clínica?

 

RSF: Estoy convencido que el desarrollo personal, científico y social de cada médico depende de muchos factores. Creo que una de las obligaciones de todos, por lo menos en el hospital, es transmitir lo que sabemos a otros oftalmólogos. Necesitamos enseñarles a nuestros residentes que pueden operar una catarata sin tener un microscopio de último modelo, por poner un ejemplo.

 

Hay gente a la que no le puedes poner un lente de 18 mil pesos porque no tienen para comer. Sin embargo, esa gente al igual que cualquier otra, merece una consulta de calidad y no de caridad.

AOH: Sabemos que la música es una de sus grandes pasiones. Si no hubiese sido oftalmólogo, ¿hubiera sido músico? ¿Cómo nace esta pasión y cómo la mantiene viva?

 

RSF: Empecé a tocar el piano a los 6 años. Te puedo decir que soy un amante de la música clásica, de todo lo sinfónico, de los conciertos de piano y demás. Luego entré en el mundo de la ópera y realmente me enloqueció. Nunca he entendido qué debe tener en el cerebro un compositor para poder compaginar ocho instrumentos. Aquí en mi despacho tengo cinco bocinas y las pongo frecuentemente. Siempre hay música en mi despacho, en mi casa y en cualquier lugar que visite.

 

AOH: Nos gustaría aderezar esta charla con una anécdota curiosa o graciosa, algo que le haya pasado en el hospital, en algún viaje o en algún congreso.

 

RSF: Soy una persona que siempre ha comido bastante picante. Aquí en el hospital me hacen unas salsas de chile habanero de verdad picosas. Muchas veces las mezclan con aguacate hasta hacerlas parecer guacamole. Alguna vez estando yo aquí un médico me preguntó: ¿me regalas un taquito de tu guacamole? A Juan se le pararon los pelos de punta de la enchilada que se puso. Las historias son muchísimas. Te morirías de la risa si te contara todas. 

Dr. Rafael Sánchez Fontán, oftalmólogo, durante entrevista para revista Infoofta. Se observa sentado detrás de su escritorio. Se puede ver un monitor de computadora a lado y folders.
Dr. Rafael Sánchez Fontán, oftalmólogo, en su consultorio, posando para fotografía para entrevista. Se pueden ver artículos de oficina como teléfonos, libros, papeles y otros.

AOH: Para cerrar esta entrevista nos gustaría que nos comentara: ¿a qué personas admira y por qué?

 

RSF: En general, admiro realmente cómo se han comportado mi mujer, mis hijos y mis nietos; me hacen la vida y los admiro a todos. Admiro a mucha gente de este hospital y del medio oftalmológico que me ha brindado amistad y cariño. Les admiro como seres humanos. Realmente he tenido la suerte inmensa de contar con muchos amigos a los que admiro, por eso no podría mencionar específicamente a uno.

 

Tengo un amigo desde el primer año de primaria y estamos cumpliendo setenta y cinco años de desayunar casi cada ocho días juntos para vitorear. Es muy agradable tener amigos para comentar cosas que muchas veces no hablas con nadie.

AOH: En esa misma línea, ¿cuáles considera sus tres valores insignia en la vida?

 

RSF: Uno de los principales valores que uno debe tener en la vida es el respeto por los demás. Yo te podría decir que por ejemplo, cuando entré al hospital en 1974, era el niño bonito, el hijo de Sánchez Bulnes. En ese momento tuve que trabajar intensamente para ganarme el respeto de los demás y eso repercutió en mi aprendizaje por ser también respetuoso.

 

AOH: Finalmente, ¿puede resumir en dos o tres frases su visión y su filosofía de vida aplicadas a la práctica y a la oftalmología a manera de mensaje para futuras generaciones?

 

RSF: Mi padre decía que debemos agradecerle a todo paciente anónimo que acude a nuestro hospital en busca de atención para sus ojos. Nuestra labor es atenderlos, darles calor y hacerles un bien con nuestros tratamientos.

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